Hoy no es el momento de meter el dedo en el ojo a nadie, por lo que esta no es una crÃtica sino más bien una ironÃa. Simplemente quiero llamar la atención sobre una mentirota que, cuando se produce una crisis como esta, emerge en toda su intensidad.
Ustedes saben que nuestra increÃble Unión Europea está desarrollando una obra de teatro con el divorcio con Gran Bretaña. Cada uno se va por su lado y ahora estamos viendo el régimen para los niños, quién se queda con el sofá de la sala y cómo nos repartimos las facturas. En esta ceremonia, la Unión Europea ha dicho que ninguna aerolÃnea cuyos propietarios sean británicos podrá tener vuelos interiores en Europa, porque Europa es un continente serio que no lo permitirÃa jamás.Â
AsÃ, pues, se ha hecho un enjuague para que Iberia, Vueling y Level ya no sean británicas. Y otro tanto ha ocurrido con Easyjet, que ahora opera sus vuelos europeos desde Austria. Cuatro papeles, dos firmas por aquÃ, un sello por allà y voilà !, hecho.Â
En eso llega un virus disruptivo, lo pone todo patas arriba e Easyjet, que supuestamente ahora es tan austrÃaca como británica, acude al Treasury británico y le pide 600 millones para sobrevivir. Debe ser que no sabe ni dónde está el ministerio de Hacienda austrÃaco, porque nos habÃan contado que Viena era su casa, y Europa estaba feliz con ello.
Es como la europeidad de Air Italy. La antigua Meridiana del Aga Khan fue comprada por Qatar. Legalmente, para la Unión Europa, seguÃa siendo una compañÃa europea porque, por algún truco bastante mal disimulado figuraba asÃ. Las tres grandes americanas, Delta, American y United, pusieron el grito en el cielo, sin creerse nada. No hay como ser pillo para conocer los trucos que aplican los colegas. Pero Europa se indignó: Air Italy es Italyana como la que más.Â
Sin embargo, a los pocos dÃas, como las cuentas seguÃan en rojo, apareció el jeque catarà por Milán y, pese a que no era el propietario como nos aseguró Bruselas, dijo âse cierra, que no quiero seguir pagandoâ. Al-Baker habló y Air Italy desapareció. ¿Pero no era una compañÃa italiana? Tanto como Air BerlÃn era alemana y cerró el dÃa en que Etihad se largó.
El problema de estos engaños es que a nada que se mueve una brizna de aire quedan en evidencia. Asà funciona la Unión Europea: un teatro en el que nada es lo que parece.
Si TODOS tuviéramos a los trasfondos polÃticos y negociaciones que se realizan a diario a nuestras espaldas, todo serÃa distinto, pero, la transparencia, no es materia destacable de nadie.