El aeropuerto de Castellón, todavÃa sin aviones, con un coste cercano a los 200 millones de euros, de los que unos 70 proceden del erario público, era en realidad una excusa para poner en marcha otros proyectos, entre ellos, recalificar unas 40.000 viviendas, según publica este domingo El PaÃs.
El aeropuerto de Castellón se vendió como medio para asentar la economÃa de una provincia con poco desarrollo turÃstico, y para dar facilidad de a los futuros ocupantes de 40.000 viviendas proyectadas, de los que la mitad serÃa en una sola macrourbanización. A ello se le unirÃan 12 campos de Golf y un parque temático.
El aeropuerto de Castellón pretendÃa hacer encajar todas las piezas de adosados, unifamiliares y hoteles, unidos a la docena de campos de golf . La nueva infraestructura, alejada de la costa, justificaba la reconversación de 18 millones de metros cuadrados para levantar la mayor macrourbanización del paÃs,  que iba a multiplicar la población de Cabanes, el término municipal donde iba a levantarse.
Al margen de esta macrourbanización, otra docena de proyectos rodeaban, sobre las maquetas, los campos de golf que salpicaban el imaginario de la provincia. Los proyectos no salieron, las casas no se construyeron y los campos de golf continúan siendo eriales.
El 25 de marzo del año pasado se inauguró una infraestructura que carece de permiso de vuelo y de compromiso de aerolÃnea alguna para comercializar rutas. "Hay quienes dicen que estamos locos por inaugurar un aeropuerto sin aviones", itió Carlos Fabra, artÃfice de su construcción, quien añadió que lo hacÃa para que "cualquier ciudadano que lo desee pueda visitarlas y caminar por ellas".
Preferente.com Diario para profesionales del Turismo