La compañÃa Air Nostrum nunca llegó a tener un pie en Cuba, tal como se viene sustentando en algunos cÃrculos. Es cierto que su presidente y gestor mantuvo conversaciones con las autoridades de la aviación civil cubana, pero de ahà a llegar a un preacuerdo media un abismo. Por tanto, ni hay operativa con la mayor de las Antillas ni se vislumbra a corto o medio plazo.
Jordi Bartomeu giró una visita a La Habana con el presidente de la Comunidad valenciana, Ximo Puig. Y fueron recibidos por el ministro de Comercio, Malmierca. Incluso contaron con el respaldo del entonces embajador español. Pero las reuniones no dejaron de ser más que meras conversaciones sobre exploración de trabajos conjuntos. Fue más un viaje polÃtico que otra cosa.
Air Nostrum aspiraba a colaborar con Cubana como primer paso para operar más adelante en la zona. Una colaboración centrada en el apoyo de aviones y logÃstico. Pero este ya se lo están dando otras compañÃas, tal como han hecho y hacen Air Europa y Dominicana Wings, respectivamente. Ya antes lo hizo la pequeña aerolÃnea gestionada por la familia de los Cabrera, de Mallorca.
Bartomeu ni siquiera fue recibido por el ministro de Turismo o por las máximas autoridades aeronáuticas. Cuba lo que necesita son inversores que aporten capital a proyectos vitales para el paÃs. Esa es la prioridad del Gobierno cubano. Y Air Nostrum no figura en la cartera de inversores sino en la de potenciales colaboradores. Igual que el dirigente de Balearia, que también iba en la expedición valenciana.
En Cuba, las cosas, además, funcionan con más pausa que con prisa. Una de las dos hijas del dueño de Air Europa, MarÃa José, por ejemplo, lleva años intentando poner en marcha un complejo turÃstico residencial con el empresario Cristoferreti y el proyecto apenas si avanza. Y ello a pesar de los lustros que todas las empresas de Juan José Hidalgo llevan operando en el paÃs caribeño.
Que manden a todos los traidores que se quieren cepillar a Salazar. Empezando por Manolito "el aventajaaoo". Vaya chusma el colectivo.