Nadie duda de la competencia de Carlos Espinosa de los Monteros, Comisionado de Marca España, ni de su generosidad al aceptar un cargo no remunerado pero que exige mucha dedicación. Asunto distinto es si las actuaciones de su organización devalúan a las entidades que deberÃan ocuparse de la promoción exterior de España y especialmente a Turespaña y crean confusión en los mercados exteriores en los que el Comisionado quiere mejorar la imagen de España mientras que Turespaña pretende atraer turistas. No olvidemos que nuestra imagen turÃstica está muy por encima de la imagen general y de la sectorial de otras áreas como la comercial.
La falta de dotación de la Oficina del Comisionado hace que dependa del escaso patrocinio empresarial y sobre todo de los presupuestos de los otros organismos con los que colabora. Es decir la Secretaria de Estado de Turismo traspasa fondos a la Oficina del Comisionado para que haga una presentación turÃstica â y de otros sectores- en Moscú, por ejemplo, que hubiera debido de ser hecha por Turespaña que es la que se ocupa de esos asuntos.
Recientemente el Alto Comisionado tuvo una comparecencia ante la Comisión de EnergÃa, Turismo y Agenda Digital-ETAD- del Congreso de los Diputados ante la que planteo un verdadero programa turÃstico, por otra parte no demasiado imaginativo. Propone âsustituir turismo barato y masivo por turismo de calidad, apostar por turismo de compras, deportivo, cultural, gastronómico y de salud y priorizar los mercados que no son los tradicionales âEs decir todo menos mejorar la oferta de nuestros grandes destinos receptivos, como por otra parte ya se está haciendo, para obtener una mayor rentabilidad y apostar por nuestro mercados tradicionales en los que somos lÃderes y gozamos de una buena imagen turÃstica.
A los recién llegados a esto del turismo les cuesta entender el concepto de la motivación múltiple. Hay y habrá muy poco turismo exclusivamente de compras, cultural o gastronómico, pero muchos turistas vienen a España por su clima y aprovechan para salir a cenar-turismo gastronómico- o visitar La Alhambra- mientras se alojan en La Costa del Sol- turismo cultural. Y todo turista hace alguna compra. Barcelona es un ejemplo.
Aceptemos que la teorÃa sea buena, pero entonces habrá que tomar las medidas necesarias para traer alâ turismo de calidadâ y en esto el Alto Comisionado y todas las autoridades turÃsticas se quedan mudas. Turismo de calidad es el que ocupa los hoteles de cuatro y cinco estrellas de las Islas y la Costa Mediterránea, y resulta que proviene precisamente de nuestros mercados tradicionales, según la calificación del Comisionado de los que también, es cierto, procede mucho â turismo barato".
Su aseveración de que el desvÃo de flujos turÃsticos de otros paÃses a España ha sido de solo 300.000 personas es osada, cuando los datos disponibles nos señalan una cifra muy superior.
En su intervención destaco dos asuntos que si son propios de su Oficina e importantes para la imagen de España. La falta de colaboración de gran parte de las Comunidades autónomas y la crÃtica al Presidente de la Generalidad de Cataluña por comparar a España con TurquÃa. Poco puede hacer para evitar los disparates verbales del Sr Puigdemont , pero deberÃa esforzarse en obtener la asistencia y apoyo de las Comunidades Autónomas ocupando asà el tiempo libre que lograrÃa al dejar de hacer promoción turÃstica.
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