Air , la primera aerolÃnea de Francia, y Corsair, una compañÃa privada mucho más pequeña, acaban de anunciar que devolverán a todos los clientes el importe del impuesto a la sostenibilidad que cobraron si se iba a viajar desde el 1 de enero, dado que la caÃda del Gobierno Barnier supondrá que, como mÃnimo, la tasa entre en vigor más tarde (Air se ha metido en un lÃo).
El impuesto anunciado, pero no aprobado, entrarÃa en vigor el 1 de enero y lo deben liquidar las aerolÃneas. Estas dos y ninguna más decidieron cargar en sus billetes a la venta el plus previsto porque, posteriormente, no podrÃan exigir al viajero de forma retroactiva que pague el recargo.
Observen que ninguna otra aerolÃnea hizo lo propio, ni siquiera las low cost. Aunque es verdad que el impuesto puede llegar a rozar los cien euros en billetes de largo radio y esos no son frecuentes en aerolÃneas de bajo coste. No obstante, sà afectan a rivales de largo radio desde Emirates a Lufthansa, cuando el viajero hace una conexión.
Francia pretendÃa recaudar unos mil millones de euros al año, los cuales se destinarÃan a la lucha contra el cambio climático.
Si hubiera entrado en vigor en enero, los viajeros que hubiesen comprado el billete hasta el final de octubre, antes del anuncio del impuesto, se habrÃan librado de pagarlo, pero no las aerolÃneas que deberÃan abonarlo de su bolsillo sin poderlo repercutir.
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