El extraño concepto de competencia

Cóndor perteneció a Lufthansa. En esa época, cubría rutas fundamentalmente vacacionales desde Frankfurt, en competencia con LTU desde Dusseldorf. Atendía el Caribe, Estados Unidos y algunos otros destinos a los que los alemanes son muy aficionados. Utilizaba la red doméstica de Lufthansa para nutrir sus vuelos desde Frankfurt. Lógico: al final todo quedaba en casa.

Pero Cóndor salió de la órbita de Lufthansa, lo cual inicialmente no supuso cambio alguno. A Cóndor le iba bien contar con ese apoyo y a Lufthansa también le suponía viajeros.

Con el tiempo, debido a la crisis de Air Berlín, que no tiene nada que ver con esta historia, Lufthansa decidió crear su propia low cost, Eurowings. Más allá de que sea la low cost más cara del mundo y que nunca haya ganado ni un euro, el tema es que es la compañía de Lufthansa. Y se puso a volar en rutas prácticamente iguales a las de Cóndor: al Caribe, Estados Unidos y esos destinos muy queridos por los alemanes.

Lógicamente, el escenario era nuevo: Lufthansa era propietaria de Eurowings por un lado y por otro transportaba los pasajeros de Cóndor a Frankfurt, nutriendo su hub. O sea: alimentaba a su propia competencia.

Durante el Covid, Lufthansa intentó parar este servicio, pero el Gobierno alemán, que había tenido que salvar tanto a Cóndor como a Lufthansa de la ruina, exigió que no se cambiará nada. Hasta ahora. Ahora Lufthansa ha devuelto su deuda y entonces ha comunicado a Cóndor que se acabó, que ahora ya no le llevará sus pasajeros con unos precios acordes con lo que son estos servicios.

Pero la Oficina Antimonopolios alemana ha tomado una decisión esta semana respecto de este conflicto: Lufthansa está ahora obligada a seguir transportando los viajeros para Cóndor desde los aeropuertos locales de Alemania hasta Frankfurt en iguales condiciones que hasta ahora.

La cuestión es bastante llamativa: se obliga a Lufthansa a ofrecer las mismas condiciones preferenciales para Cóndor que las que tiene con Eurowings. Desde el punto de vista de Lufthansa resulta incomprensible. ¿Desde cuándo una compañía puede verse obligada a prestar servicios a precios preferentes para un competidor?

Pero desde el punto de vista de Cóndor y más generalmente desde el punto de vista del consumidor, las cosas cambian. Cóndor no tendría mucho futuro si no puede recoger sus clientes en los aeropuertos locales alemanes. Y, además, Frankfurt es una base de Lufthansa, a la que ningún otro operador ofrece una red de servicios nutrida. Berlín sería otra cosa, pero no Frankfurt. Y, tampoco para el consumidor sería una buena opción.

Sin embargo, a sí me hace muy raro. ¿No podía Cóndor diversificar sus bases? ¿No podría usar Berlín, por ejemplo, contando con la red de Easyjet, antes Air Berlín? Es que sí, viva la competencia, pero lo de exigirle a Lufthansa que preste servicios preferenciales para su competidor me suena muy extraño en cualquier caso.

Alemania es un país de economía liberal, pero desde luego no muy muy liberal.