La conselleria de Turismo del Govern Balear parece maldita. Es la única de la que hay dos consellers en prisión y varios directores generales o responsables de lo que antiguamente era el Ibatur, su instituto de promoción turÃstica. Es la única conselleria que ha estado bajo sospecha tanto con gobiernos conservadores como de izquierdas. Dos de los consellers de Turismo que se sentaban a las órdenes del presidente socialista sc Antich están hoy entre rejas.
Ahora, nuevamente, es Turismo la conselleria a la que en los próximos dÃas comenzarán a investigar los fiscales anti-corrupción de Baleares. Ahora es la gestión de un partido nacionalista y de izquierdas, que estaba hasta el momento virgen de sospechas.
AsÃ, además de sc Buils y Miquel Nadal, los consellers hoy en prisión, también están condenados o han sido investigados los cargos que financiaron campañas publicitarias para un campeonato de Ciclismo, o los directores de Promoción, Joan Sastre, o el de Calidad Ambiental, Antoni Oliver y el director de Inversiones del Inestur (otro instituto público de la conselleria) Antoni Rebassa.
Aunque el tema no tiene nada que ver con la conselleria de Turismo, en la prisión de Palma también se encuentra hoy Tomeu Sbert, quien fuera director general de la conselleria. Los hechos por los que está en prisión preventiva tienen que ver con su actividad posterior a la salida de la conselleria, vinculada a una empresa de discotecas.
Los hechos que se investigan ahora en Turismo también afectan a otras dos consejerÃas del Gobierno y también a una concejalÃa del ayuntamiento de Palma. La nueva investigación tiene similitudes con caso anteriores. Turismo adjudicó sin concurso un contrato a Jaume Garau y sus empresas. Jaume Garau es el autor de la campaña electoral de Més, uno de los partidos del Gobierno y cuyo cabeza de lista es ahora el consejero de Turismo. El contrato no se concursó, según la consejerÃa, porque habÃa premura con los plazos por exigencias de Bruselas. Sin embargo, el asunto se convierte en más sospechoso cuando aparecen otros cuatro contratos de importes similares, en otras consejerÃas. Més aduce que todo es normal, aunque no le guste su âestéticaâ.
DÃas después, por este motivo, dimite la consejera de Transparencia, Ruth Mateu. Mateu representa a la rama menorquina de Més, cuyo lÃder ha arrojado sospechas por doquier: primero dijo que Mateu no dimitió sino que fue cesada por la Presidenta; segundo, acusa a Més por Mallorca, de los contratos y añade ânosotros no tenÃamos ningún gurú que nos haya hecho la campañaâ, sugiriendo que esos contratos habÃan sido impuestos.
La historia se complica más porque el Gobierno, que necesita de los votos de Podemos para sobrevivir, ha sido cuestionado por el lÃder podemita, que acusa a Turismo de no ser eficaz en limitar el alquiler vacacional. Y, además, aunque no ha sido muy contundente, amenaza con no tolerar estos contratos con el jefe de campaña del partido.
Jaume Garau, por su parte, ha sido expulsado de Més, aunque no se han sabido las causas.
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