Middelmann, un asesor con incógnita

Al saberse (por Última Hora) que Álvaro Middelmann había sido nombrado asesor personal del presidente de Globalia, uno de los grandes dijo “no me lo puedo creer”; otro comentó “¿Cómoooo?”; un tercero manifestó “qué cosas”; mientras que un cuarto, Matutes, no dijo nada porque él estaba más que informado e incluso se dice que fue el muñidor de su nombramiento.

Hidalgo y Middelmann se habían visto un mes antes en la boda de la hija de Pablo Piñero, en la bahía de Samaná, en Dominicana, donde departieron unos breves momentos, ‘hola que tal, bien y tú’, sin que llegaran a coincidir ni en la fiesta playera de la víspera, ni en el desayuno, ni en el almuerzo y ni siquiera en la iglesia, sino tan sólo antes del ágape nupcial.

Fue un encuentro fugaz (la fotografía que ilustra esta información fue captada en aquel momento), poco más allá del saludo protocolario -“no le he visto mal”, diría luego Middelmann, refiriéndose a un Hidalgo cariacontecido, desmejorado y con problemas visibles y que abandonó la cena antes de los postres -por lo que no debieron hablar de asesoramiento ni nada parecido-.

Semanas después y dicen que a sugerencia de Matutes, el nuevo socio que cada día va conociendo más en profundidad el Grupo Globalia, Hidalgo fichó al que durante muchos años ha sido alma y vida del despegue de Air Berlín en España, un profesional de una enorme valía, puntal del hub de Palma y de un currículum jalonado de premios como nadie ha recibido nunca.

Pero el fichaje de Álvaro Middelmann cogió por sorpresa no sólo a todo el mundo del sector turístico -buen ‘scoop’ de UH- sino que también a las cúpulas directivas de Pozuelo y Llucmajor, donde están las sedes del grupo, incluida una familia que no acaba de asimilar el nombramiento, según asevera una persona de Palma con la misma sangre del empresario salmantino.

Las atribuciones como asesor personal de Hidalgo se limitarán, se supone, a las de la compañía aérea, donde Middelmann es toda una autoridad, pero ni siquiera a día de hoy los ejecutivos de Air Europa saben con certeza si intervendrá en algunas de las funciones que ellos desempeñan o será un “advisor” institucional, al estilo de Panadero, que también se enteró por la prensa.

El responsable ejecutivo de la aerolínea, Chema Hoyos, se quedó pillando moscas, mientras que el director comercial, Richard Clarck, no le dio más trascendencia, siendo como es persona serena, que no se mete en dimes y diretes, de plena confianza del gran jefe y querida por toda la familia, por todos los compañeros y por todo el sector turístico español, así de grande es.

Fuentes de las sedes comentan que el trabajo de Middelmann se ha llevado a cabo para contrarrestar la imagen un tanto deteriorada del presidente y del grupo por los últimos acontecimientos vividos, mientras que otros opinan que descargará a Hidalgo de compromisos oficiales y de aquellos que le quitan tiempo de la operativa diaria de un grupo que requiere de toda su atención.

Pero la gran pregunta que sea hace todo el mundo, los de dentro y los de fuera, es cómo casarán dos personalidades tan contrapuestas y que ideológicamente piensan de formas tan distintas, uno tirando a la derecha y el otro, a pesar de que diga que se lleva bien con todo los políticos, más proclive a la izquierda, aunque los caminos de los negocios son inescrutables, como los de los políticos.

De ahí que el nombramiento sea una gran incógnita, por muy buen relaciones públicas que sea el asesor, por mucha mano izquierda que tenga, por sus grandes conocimientos del negocio, por sus os, pero también por su personalidad, por su saber estar, por sus principios, por el entorno y por su capacidad de aguante. A no ser que esté llamado a ocupar un alto cargo si desaparece Iberia…