La feria española del turismo Fitur dedicará un foro de negocios turÃstico en la próxima edición, en enero de 2016, a Ãfrica. Según el ministro Soria, que parece que se abona a todos los tópicos, âÃfrica no es el futuro, sino el presenteâ. Más allá de la afirmación más que dudosa, recurrentemente Europa habla de Ãfrica (como de Oriente Medio), sin que realmente la situación en estos paÃses cambie de forma inequÃvoca.
El continente más pobre del mundo tiene un enorme potencial turÃstico, pero hoy por hoy es muy difÃcil explotarlo. En el Norte, en la vertiente del Mediterráneo, porque el radicalismo islámico está haciendo los estragos que busca hacer. En el Ãfrica subsahariana, exceptuada Senegal, el panorama es extremadamente confuso: Nigeria vive en un conflicto interno constante; sus vecinos del Oeste empiezan ahora a dejar de sentir los efectos del Ãbola; al norte y al este Boko Haram está arrasando toda posibilidad de estabilidad. Al este, Kenia y Tanzania, antes lugares de gran interés turÃstico, viven esquivando los atentados terroristas que fundamentalmente proceden de Somalia. La miseria y los conflictos siguen azotando la región un poco más al sur, mientras que Mugabe espanta al viajero que pretenda visitar Zimbabue. Con lo que sólo queda Namibia y Sudáfrica, paÃs este con unos Ãndices de violencia urbana muy elevados.
El panorama, pues, tremendamente complicado, por más que sigamos haciendo congresos y foros para ver si un dÃa el continente puede ser visitado sin grandes riesgos. La vÃctima de este desastre constante es la población que, desesperada, busca horizontes donde puede.
Me da que del congreso de Madrid, que está bien que se haga, la gran beneficiada será la organización de Fitur, que siempre nos cobra amablemente por la presencia de todos los asistentes, incluidos los africanos. A cambio, se llevan una palmadita en el hombre de un ministro, dispuesto a alabar lo que se tercie.
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