Este martes se reúnen en Palma los ministros de Turismo de Europa. Nunca sus cargos fueron más adecuados para lo que harán: turismo.
La cumbre de Mallorca, como todas las anteriores, no va a servir más que para hacer un poco de turismo. La Unión Europea no tiene competencias en materia de turismo, por lo que la reunión consistirá en una obra de teatro: una amplia agenda para cuestiones personales y un ratito para hacer como que están trabajando. Una sala de reuniones enorme, unos traductores, unos papeles escritos por algunos asesores y listo. Cuando la cámara los enfoque, pondrán gesto de preocupación, de reflexión, como si estuvieran pensando. Eso será todo.
Es la burocracia en estado puro. La politiquerÃa sin contenido. El ruido sin sustancia. La nada.
Ni siquiera la propia Rosana Morillo, la secretaria de estado de Turismo española, pinta nada en su cargo, como para pensar que los ministros europeos van a hacer algo. Morillo no pinta nada por una razón absolutamente simple: las competencias de turismo están en las autonomÃas. Ella, como todos sus antecesores, hace como si tuviera poderes. Y, desde luego, algo puede hacer: reunirse, hablar, dar declaraciones, persuadir. Pero poco más. Y nada tangible.
El poder real, el que consiste en publicar normas en el BoletÃn Oficial, está en manos de las autonomÃas, por lo que en la práctica en España no hay un mensaje único: unos van por un lado, otros por otro. A veces en sentidos contrapuestos aunque, en general, a iguales problemas, suelen ofrecer iguales soluciones. Pero por pura coincidencia, porque los remedios son los que son. Ahora bien: con diecisiete gobiernos, es imposible hablar de una polÃtica turÃstica española. Hay polÃticas, en plural, que tienen coincidencias en la medida en que hay un marco general que es inevitable. Pero poco más.
¿Cómo será el turismo del futuro? ¿Qué haremos con el fortÃsimo incremento de la movilidad? Para esto no hay respuestas. O no hay respuestas que tengan visos de ser aplicadas; sólo hay opiniones a nivel de charla de bar, que son las que nos viven soltando. Nada que se traduzca en el BoletÃn Oficial. Si alguno de los ministros de Turismo que se reúnen en Palma tuviera una idea clara, también darÃa igual porque el ministro de EconomÃa y Hacienda de su paÃs ya verá si lo escucha o no, ya verá si sus propuestas encajan en la agenda de su gobierno.
Por eso es que el turismo va por donde los empresarios quieren y no por donde los polÃticos pretenden, si es que tienen alguna pretensión.
De manera que estamos ante una agradable jornada de turismo, que para eso son ministros del Ãdem.
Entonces, para qué demanda la âCofradÃa de la subvenciónâ un ministerio.???
Ninguna AutonomÃa se prestará a ceder competencias al Gobierno central.
Ahhh, hay que colocar en las altas esferas a familiares, amigos, conocidos y abraza farolas pelotas de todo pelaje y condición. Acabáramos.